Ya vimos lo ocurrido hace año y medio. De unas jornadas celebradas en Valladolid por secretarios y procuradores, financiadas al parecer por un banco y seguramente auspiciadas por el Ministerio, surgió la maravillosa idea de privatizar muchos actos de comunicación y de ejecución. Lo peor del caso no fue que dió la impresión de que se seguía claramente el dictado del Ministerio, sino que era un colectivo de esta Administración quién le daba el visto bueno, o al menos así nos lo vendían: Los secretarios judiciales.
Después vino el pago con la impugnación de las elecciones a Juntas de Personal en Valencia por un sindicato de secretarios que no era ni interesado porque nunca se ha presentado a elecciones, y que han llevado a la celebración de unas nuevas sacándoles del censo, dicho con todo respeto, vendiéndoles la burra de tener órganos de negociación propios, lo que es únicamente competencia de la Mesa General de la Función Pública, donde ahora mismo no están representados por voluntad propia. Sencillamente tremendo.
Por si fuera poco sigue el "besuqueo" entre el confundido Ministro de Justicia de las élites que tenemos, que no contento con alejar la justicia de los ciudadanos, o de impedir vía tasas el acceso a la Justicia, excepto para los poderosos y los amigos como hemos comentado anteriormente, ahora recibe con autocomplacencia el último invento, suponemos que promovido también por el Ministerio, con más privatizaciones a la vista, y otra vez por el medio un colectivo de secretarios.
Resulta que tenemos tres colectivos hermanados, o si se quiere en versión valenciana que es más política, "agermanats". Para sus propios intereses claro. Aquí sólo hay dos cosas claras: la primera, que parece que el común de los funcionarios mortales al servicio de la Administración de Justicia, no trabajamos y por lo tanto no servimos para nada, la OEP de 2014 es otra buena prueba de lo inteligentes que son ese Ministerio.
La segunda es la que ya anuncié hace un año más o menos: cierto colectivo de Secretarios sueña y ve al alcance de su mano la vuelta al siglo XIX donde el Secretario era el único funcionario y tenía a sus propios empleados, como sus colectivos "hermanados" Notarios y Registradores. Supongo que es la modernización que pretende nuestro Ministro.
Lo que es seguro es que esto no va a arreglar la Justicia en España, es precisamente el camino inverso.
